Sargento Feliberto Ramírez
Boricua Relata Como Conquistó Galones en Colina Tríangulo
Recluta Feliberto Ramírez se hizo cargo del pelotón cuando murieron oficiales
Recluta Feliberto Ramírez se hizo cargo del pelotón cuando murieron oficiales
En la mañana de ayer llegaron al aeropuerto de Isla Grande 53 soldados boricuas procedentes de Corea y Alemania, quienes se reunieron en el campamento Kilmer, de New Jersey para salir juntos hacia su patria.
Hablando casi todos a la vez, los del grupito de diez o doce que me… en frases que la alegría hacía casi …rentes, sobre el placer de la llegada a Puerto Rico. Oí a uno que hablaba con la boca echa un charco, de platos criollos, y a otro que mencionaba las muchachas de nuestro país en tonos reminiscentes aunque no exentos de picardía.
Pero por sobre todo este tropel de palabras y la algazara natural de la bienvenida a la Isla, se notaba la huella dura que dejó en los ánimos y en el mismo físico de estos soldados la experiencia de la guerra. Especialmente de los 27 que venían de Corea.
El sargento Feliberto Ramírez de Lajas, sólo tiene 21 años de edad. A pesar de la guerra su rostro, muy bien parecido tiene aún la timidez y aniñamiento de expresión de un estudiante de escuela superior. Casi con timidez me relató su aventura en la batalla de la Colina Triángulo en Corea. : Allí fue donde gané mis galones de sargento.” dice.
Se hizo cargo
Según Ramírez, los oficiales de mando de su pelotón, integrado mayormente por norteamericanos, murieron en la batalla y no aparecía quién se hiciera cargo del grupo. Había cabos y sargentos, pero nadie quería mandar porque era una situación muy arriesgada. El recién llegado, y solamente un ra…, se ofreció para dirigir el pelotón en la pelea, y así fue que salió hecho sargento.
“Allí se corrió mucho”, comenta el sargento Ramírez, recordando a los boricuas enjuiciados por Consejo de Guerra, “sin embargo nadie informó nada, aunque corrieron tanto puertorriqueños como norteamericanos.”
Dice Ramírez que en esa batalla fue donde la Séptima División perdió la mayor parte de su gente. Ocurrió el 14 de octubre de 1952, y se considera también el sitio en que más pérdidas hubo durante el año ese. Solo había allí unos 8 …, tres de quienes murieron. Tomó parte en esa batalla la compañía K del Regimiento 31.
Llegaron en el grupo que arribó ayer por vía aérea, dos hermanos de crianza, de Mayagüez, el cabo Ramón González Pérez y el soldado Pedro Santiago vega. Dice Santiago que su hermano, quien llegó a Corea ocho meses antes que él, ya estaba casi a punto de regresar a Puerto Rico de acuerdo con el plan de rotación, cuando se encontraron ambos en Japón.
Juntos en Tokio
Lograron que se pospusiera la salida del cabo, y más tarde se complicó la cosa cuando se ordenó la salida del soldado pero que permaneciera allá el cabo. Finalmente todo se arregló y pudieron los hermanos pasar juntos unos días en Japón y regresar juntos también a la Isla.
El soldado Juan Gracia Díaz, de Río Piedras, estuvo uno diez meses en Alemania. Dice que allí aunque no hay guerra ni se rumora que la habrá en buen tiempo, se trabaja muy duro. “Alemania es muy bonita y no tenemos queja de ella, pero el entrenamiento que tenemos allí es muy fuerte. Estoy más que contento de regresar a Puerto Rico.”
El soldado Carlos E. Padín, procedente de Corea, habló sobre el prejuicio que tienen los americanos contra los boricuas, pero otro de los militares dijo que él no había notado que hubiera prejuicio. Finalmente lo que el soldado Padín llamaba prejuicio era que como había pocos hispanos en su compañía, se les prohibió que hablaran español.
Sobre la desintegración del 65 de Infantería, hubo entre estos muchachos opiniones divergentes. El soldado Juan A. Martínez de Santurce, dice que según él los puertorriqueños han ganado con estar dispersos entre compañías americanas puesto que así mueren menos y además llegan a comprenderse mejor unos a otros, evitando la existencia de prejuicios.
Hablando casi todos a la vez, los del grupito de diez o doce que me… en frases que la alegría hacía casi …rentes, sobre el placer de la llegada a Puerto Rico. Oí a uno que hablaba con la boca echa un charco, de platos criollos, y a otro que mencionaba las muchachas de nuestro país en tonos reminiscentes aunque no exentos de picardía.
Pero por sobre todo este tropel de palabras y la algazara natural de la bienvenida a la Isla, se notaba la huella dura que dejó en los ánimos y en el mismo físico de estos soldados la experiencia de la guerra. Especialmente de los 27 que venían de Corea.
El sargento Feliberto Ramírez de Lajas, sólo tiene 21 años de edad. A pesar de la guerra su rostro, muy bien parecido tiene aún la timidez y aniñamiento de expresión de un estudiante de escuela superior. Casi con timidez me relató su aventura en la batalla de la Colina Triángulo en Corea. : Allí fue donde gané mis galones de sargento.” dice.
Se hizo cargo
Según Ramírez, los oficiales de mando de su pelotón, integrado mayormente por norteamericanos, murieron en la batalla y no aparecía quién se hiciera cargo del grupo. Había cabos y sargentos, pero nadie quería mandar porque era una situación muy arriesgada. El recién llegado, y solamente un ra…, se ofreció para dirigir el pelotón en la pelea, y así fue que salió hecho sargento.
“Allí se corrió mucho”, comenta el sargento Ramírez, recordando a los boricuas enjuiciados por Consejo de Guerra, “sin embargo nadie informó nada, aunque corrieron tanto puertorriqueños como norteamericanos.”
Dice Ramírez que en esa batalla fue donde la Séptima División perdió la mayor parte de su gente. Ocurrió el 14 de octubre de 1952, y se considera también el sitio en que más pérdidas hubo durante el año ese. Solo había allí unos 8 …, tres de quienes murieron. Tomó parte en esa batalla la compañía K del Regimiento 31.
Llegaron en el grupo que arribó ayer por vía aérea, dos hermanos de crianza, de Mayagüez, el cabo Ramón González Pérez y el soldado Pedro Santiago vega. Dice Santiago que su hermano, quien llegó a Corea ocho meses antes que él, ya estaba casi a punto de regresar a Puerto Rico de acuerdo con el plan de rotación, cuando se encontraron ambos en Japón.
Juntos en Tokio
Lograron que se pospusiera la salida del cabo, y más tarde se complicó la cosa cuando se ordenó la salida del soldado pero que permaneciera allá el cabo. Finalmente todo se arregló y pudieron los hermanos pasar juntos unos días en Japón y regresar juntos también a la Isla.
El soldado Juan Gracia Díaz, de Río Piedras, estuvo uno diez meses en Alemania. Dice que allí aunque no hay guerra ni se rumora que la habrá en buen tiempo, se trabaja muy duro. “Alemania es muy bonita y no tenemos queja de ella, pero el entrenamiento que tenemos allí es muy fuerte. Estoy más que contento de regresar a Puerto Rico.”
El soldado Carlos E. Padín, procedente de Corea, habló sobre el prejuicio que tienen los americanos contra los boricuas, pero otro de los militares dijo que él no había notado que hubiera prejuicio. Finalmente lo que el soldado Padín llamaba prejuicio era que como había pocos hispanos en su compañía, se les prohibió que hablaran español.
Sobre la desintegración del 65 de Infantería, hubo entre estos muchachos opiniones divergentes. El soldado Juan A. Martínez de Santurce, dice que según él los puertorriqueños han ganado con estar dispersos entre compañías americanas puesto que así mueren menos y además llegan a comprenderse mejor unos a otros, evitando la existencia de prejuicios.
🗞Malen Rojas Daporta
Redactora
Periódico El Mundo
San Juan, PR.
Redactora
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San Juan, PR.
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